- Mira, Alexandro, yo te conozco desde que naciste y a mí no me engañas: ¡Tú buscas el escándalo como forma de expresión! No te interesa la obra que produces, sino el efecto que ella va a causar. Tratas de agredir para que te "noten".
- Tus frases, Alexandro, prueban lo que dicen los derviches árabes: "El peor enemigo que tenemos somos nosotros mismos". También, al agredirme así, me demuestras que la agresión es afectividad. Quien agradece mucho lo hace porque tiene una carga afectiva inconsciente que no puede expresar. Estoy seguro que la gente que odia a los negros tiene una inferioridad sexual respecto a ellos; a estos racistas les gustaría tener los atributos de la raza a la que persiguen. Tú me atacas porque me quieres. Quisieras que yo fuera lo mejor que hay en el mundo. Pero como el mundo tiene infinitos centros y nadie puede ser el mejor, te decepcionas de mí porque no puedo ser "héroe". Si en realidad me amaras sanamente, me aceptarías como soy, ni muy grande ni muy pequeño.
No intentes "mejorarme". Mejor trata de "aceptarme". Una planta es bella aunque no dé duraznos. Si a un helecho le pides duraznos, terminas por matarlo. La hierba es bella siempre que no le exijas flores. Todos servimos para algo pero no todos servimos para lo mismo.
Nunca busqué el "escándalo". Producir un escándalo en esta sociedad escandalosa es lo más difícil que hay. Todos los artistas superficiales han tratado de hacerlo: desde exponer un urinario como escultura (Marcel Duchamp) pasando por colgar una res descuartizada como decorado de Ballet (Maurice Bejart) hasta hacer pintar a unos erizos (Dalí). La sociedad absorbe estos escándalos formales, salen tres o cuatro artículos en los periódicos y no pasa nada.
La única posibilidad de escandalizar actualmente es tratar por todos los medios de no hacerlo. Tratar de expresar la VERDAD. En una sociedad de mentirosos, la VERDAD es escándalo. En una sociedad degenerada, la HONESTIDAD es escándalo. En una sociedad enferma, la SALUD es escándalo., En una sociedad hipócritamente religiosa, el VERDADERO MISTICISMO es escándalo. Si mis obras han escandalizado, debo sentirme orgulloso, no del ruido que han hecho, sino de que, hiriendo, prueban que algo tienen de verdadero. El primer escándalo de nuestra civilización es Cristo. Los evangelios son la historia del gran escándalo que provocó un Dios diciendo verdades tan humanas que fue crucificado. No ha habido una sola idea, doctrina, arte que haya nacido tranquilamente si tenía\n valores. La verdad al nacer ilumina tinieblas. Estas tinieblas se convulsionan y agreden. Lo nuevo en cultura es sinónimo de destrucción de otras culturas. Los que hacen el escándalo no son los creadores, sino los perezosos que, al no querer cambiar, se aferran a su enfermedad y podredumbre y segregan, como lo hace un organismo, anticuerpos para acabar con lo nuevo. Para un cuerpo enfermo, las medicinas son como un veneno que matará a los gérmenes nocivos. Dolor y muerte son los padrinos de cualquier nueva vida."
Monday, July 24, 2006
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